martes, 16 de junio de 2015

El café

Lo único que había visto (y hacía años ya) era el café de sus ojos. Y al toparse de nuevo con ellos, creía haber resucitado el amor, que mas de 30 años atrás, había plantado en su primer beso. Sin embargo, parecía que tenía su vida 'arreglada' y no tenía intención de hacerle mas cambios que los del 'curso natural' de la misma. Pero, cada vez que hablaban, sin hablar nunca,pues con los avances de la tecnología la voz había pasado a segundo plano, sabía que "algo" estaba en riesgo de cambiar... y no sabía si la idea le asustaba, le entusiasmaba, o le era simplemente indiferente.

Iba tomando decisiones, como todos, día a día. Nunca había aprendido a hacerlo de otra forma, y, aunque hasta el momento no había tenido 'mayores complicaciones', no estaba en sus planes hacer frente a este repentino 'encuentro' con planes elaborados, ni abstención de sorpresas... aunque los engranes de su cabeza no dejaban de girar y girar y girar.

Cada mañana era como la anterior, café, libro, desayuno, trabajo... ¿era eso suficiente para las mañanas? Días pasaban sin que supiera nada, podían pasar semanas sin  ninguna novedad. Pero de pronto, ¡zas! algo pasaba y su día se agitaba, se turbaba, y el resto de la mañana se iba como agua hasta llegar al sueño. Y el sueño, que regularmente era sereno y tranquilo (excepto por la repentina lluvia torrencial acompañada de truenos y relámpagos), se convertía en un sueño inquietante y que le llenaba de nubes la cabeza.

Tenía por costumbre la estabilidad, al menos la emocional y propia. Siempre se había alejado de quienes habían atentado contra esta. Y cuando no se había alejado... bueno, ahí estaban las cicatrices de prueba. Con el paso de los años, eso no había cambiado. Prefería tener el control y evitar las sorpresas. Pero esta ocasión, se veía venir la tormenta, el caos, era inevitable. Nada le aseguraba que saliera ileso, pero tenía bien puesto en su mente y en su corazón que no se dejaría llevar tan fácil, daría batalla y tenía todos los argumentos listos para defender su postura y mantener su estabilidad intacta.

Por otra parte... 

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