viernes, 26 de diciembre de 2014

Obsesion

Hasta hace poco lo pensó con detenimiento. Debía tener algo así como una obsesión con sus piernas. Siempre encontraba como tocarlas, sin importar el día, la hora o el lugar. Debió mencionarlo algún día. Creía recordar algo al respecto pero parecía un recuerdo de esos como de sueño.

Sí recordaba que, una vez en el parque, dejando pasar el tiempo. Y en otra ocasión, ¿donde era? ¿el cine?, bueno, obvio el cine también, pero... ¡ah si! no una, sino tal vez dos veces en el centro comercial. Los lugares obvios, la sala, la cama. Bueno, hasta en los sueños (dormidos o despiertos) recordaba sus manos por sus piernas. Era como un rito, como un signo de pertenencia.

Y no que le molestara, al contrario. Mas bien, ahora que ya no pasaba, extrañaba ese toque, ese roce, y por eso se daba cuenta que debía ser como una obsesión. Algo que los hacía uno. Nunca hubo palabras. No había un '¿puedo?', no era necesario. Simplemente pasaba y era algo... natural y a la vez único entre los dos.

Tenía la certeza, que, de estar cerca de nuevo, irremediablemente volvería a ocurrir. En el café, en el parque, en la plaza... la cuestión era... ¿Volvería a ocurrir? ¿Volvería a tener la oportunidad?

Smoke signals in the night sky!

lunes, 3 de noviembre de 2014

El mar

Vivo junto al mar hace ya algún tiempo. No recuerdo si en algún momento de mi pasado, no tan remoto, lo pensé algún día. Si lo anhele en algún momento, no lo sé. Pero ahora, si lo pienso, si lo observo, de continuo,  me hipnotiza. No paso mucho tiempo junto a él, pues me hace pensar un poco en Alfonsina. Pero su vaivén, es... es como si a ratos, sin querer, susurrara mi nombre sobre la playa. Me baña muy suave los pies, y poco a poco se mete en mi alma. Su arena fina me llena, se me pega a la piel y me inunda el alma.

Y es que lo miro, y lo creo mío. Ese ruido que hace, siento que me llama a casa, me invita a casa. Y sin embargo, sé de cierto que no soy suya y no es mío, sabiendo que se va uno y vuelve siendo otro, cambiando constantemente, inconscientemente, pero continuamente; cada ola que acaricia la arena, es otro distinto, siempre cambia, aunque sea el mismo. Nunca vuelve igual, a veces viene con mas fuerza, mas enérgico, mas violento; a veces mucho mas suave, mas tierno, mas mío. En ocasiones, me parece que esta enojado conmigo, porque no lo miro, porque no le hablo. Y otras, parece tan lejano, tan indiferente, tan callado.

Literalmente, me 'encanta' el mar. Creo que es justamente por su continuo cambio, porque es uno, luego otro, pero siempre el mismo. Sé que siempre puedo volver a él y encontrarlo mío... y encontrar lo mío. Aun cuando a veces no lo reconozca, siempre me dice algo que me indica que sí, que a pesar del cambio, del clima, del sol, de la noche, las estrellas y las otras chicas, es mío. Se sabe mío. Se guarda mío.

Tal vez lo que siento por el mar, sea lo mismo que él siente por mi. Tal vez. No sé que es, pero sé como se siente: se siente como el sol en la cara con los ojos cerrados, se siente como el viento enredando el cabello, se siente como la arena entre los dedos de pies y manos, se siente como el sabor de la sal en los labios sin beso.

Tal vez el mar siente, tal vez solo quiero que sienta lo que siento yo si lo veo. Lo que siento yo si lo toco, si lo dejo correr por mi cuerpo sin ningún miramiento, como ese sueño que tuve, que tengo, que tiene. Tal vez, solo tal vez también él lo sienta.


domingo, 31 de agosto de 2014

The Doors


Puertas de vidrio, puertas de cristal, puertas de acero, puertas de metal. Combinadas, pintadas, naturales, muy altas, muy angostas, muy bajas. Que rechinan, que son nuevas, que truenan, que te avisan si las abren o te avisan si las cierran, que no hacen ruido. Que dejan entrar el aire y los insectos, que son herméticas y ni luz pasa. Giratorias, deslizables, fijas, de reja y desmontables. Hay de todas, desde las que entran a una acogedora casa, ¡y hasta las  hay que te sacan despavorido con olores y gases!




Pero la cuestión de las puertas (y  no es canción) es: a donde, en verdad te llevan. Y, una vez de regreso, como te traen. Cruzar simples puertas, es un ejercicio cotidiano, cualquiera lo hace: al levantarse cruza la puerta del cuarto para entrar al baño, por ejemplo. Y luego, mas tarde en el día, tal vez cruce la de la cocina, que en su mayoría no cierran, solo 'abanica'. Y después tal vez salga, al patio, al jardín, al pasillo o a la calle. Tal vez ya no se una puerta, tal vez es un portón, o una puerta eléctrica que abre desde el carro. O es usted 'muy elegante' y la puerta que abre es la de un elevador y luego la de un Audi.

Pero sin importar que tipo de puerta sea, su destino 'final' puede no necesariamente ser el obvio. Tal vez sea un verdadero reto entender o aceptar, hasta donde me llevará esa puerta, y si estoy dispuesta a cruzarla.

Como dijera un amigo por ahí, una puerta puede ser eso, o un portón o un portal o un puerto. La cuestión es: ¿te vas a animar a cruzarla? ¿Estas en la disposición de ir hasta donde te lleve?

Que tal que te lleva al amor, ah, el dulce amor, los abrazos, las caricias, el calor... pero si te lleva al desamor, ¿la cruzarás igual? al frío, a la soledad, al invierno hostil. Y si te lleva lejos, ¿llevas el equipaje requerido? ¿aguantarás el viaje? ¿no te mareas? ¿extrañaras algo, alguien? Y si te lleva a otro mundo, ¿hablarás el idioma? ¿podrás comunicarte?... ¿podrás, o querrás regresar?

Las puertas son mucho mas que eso, son opción y decisión, son esfuerzo, son reto. Cada día las cruzas de manera rutinaria, hasta que te topas con una, en ESE momento de tu vida, que representa un desafío. Algunas veces, una vez que las cruzas, ya no hay retorno.

Por eso, la próxima vez que te acerques a abrir una puerta, piénsalo bien, tal vez te lleve a donde no imaginaste estar. Por ejemplo, esa puerta de tu casa, ¿a donde me ira a llevar?... 

lunes, 25 de agosto de 2014

Cuento de terror en una tarde de tormenta

Aun no son las 6 pero la lluvia cae de manera intensa, se había anunciado pero no creí que fuera tan copiosa. El ambiente (aunque parezca increíble) se siente fresco... al fin!

Con el chico entretenido en otra cosa, se me antoja un café, y, coincidentemente mi 'playlist' me pone música de 'lluvia'. Voy a la cocina, se me antoja un café... dispongo la cafetera, pongo agua, abro la alacena...OH NO!!! LA BOLSA SE SIENTE VACÍA!!!

Por las dudas, reviso y me alegra saber que hay otra en el 'lugar secreto', pero esta alcanza justo para esa tarde de memorias y sorpresas...
Gracias.

EL FIN.

viernes, 4 de julio de 2014

Stay with me tonigth

September morning...


Pero no, no es Septiembre, es Julio. Y sin embargo con la lluvia de hoy, el café, el niño entretenido en otra cosa; mi corazón y mi mente se 'permiten' un viaje a Xalapa, a Gara, a otro tiempo. No sé si mejor o no, simplemente, otro tiempo. Donde las responsabilidades eran otras, los goces otros, el café mejor con música o con libro.

Cuando me moví a Xalapa, no tenía idea de como sería la vida ahí, no tenía mas que 'emocionales' referencias y recuerdo haber hecho preguntas que casi me parecieron absurdas para arreglar 'adecuadamente' mi primera maleta. Había tanta expectación en mi corazón, tanta emoción. Pero sobre todo, desde antes de llegar, y al entrar a la ciudad, tenía una seguridad tan inmensa de que ESE era MI lugar. Nunca antes, y nunca después he vuelto a sentir tanta 'pertenencia'. No importó después descubrir el clima, la lluvia que no cae sino flota, el frío que se instala en la sabana y te obliga a no moverte del calientito lugar que ha tocado tu cuerpo. Y los días de sol y caminatas, largas, casi solitarias, ¡al compás de los benditos audífonos! Podía entonces recorrer la ciudad en un día domingo, de Gara al Museo y punto intermedios, sin nada que hacer, sin nada que me 'obligara' a nada.


Los días de trabajo, bueno, no me puedo quejar. Largas horas en Tarq, otras tantas en Gara, estudiando, buscando, escribiendo, a veces metiéndome a la cocina con Fátima y Beto a ver que hacían o como lo hacían. Tardes con las amigas, orando, hablando, leyendo, orando, hablando. Café, amigas, libros.


Y los días de cine y libros, encuentros y desencuentros dentro y fuera de la pantalla, el parque Juarez y el Ágora de la ciudad con sus diversas vistas. Los miles de cafes-refugios-pretextos, las calles que suben y bajan. El puente de Xico y sus lavaderos, los Lagos, el Estadio, los Berros...

Y ahora, en su conjunto y todo, son recuerdos, anhelos lejanos e imposibles; porque no solo las compañías han cambiado (de lugar, de prioridades, de modos) también la ciudad. Tiempo que anhelo el día de volver, pero sé que no será igual, y eso mismo me detiene. Prefiero el sueño del recuerdo, la imagen nubosa que queda solo en las fotografías. Los recuerdos de las risas, esas compartidas. Los amigos lejanos, que son ahora los mismos y tan distintos... tan distantes.



sábado, 10 de mayo de 2014

Desvelo de una noche de primavera (que huele a verano)

CUENTO

Otra vez, no podía dormir. Esta vez despertó a las 3:30, no podía creer que alguien concibiera grato llevar serenata a esa hora, pero así era. Sin mucho ánimo, abrió los ojos y después de ver la ventana, miró el reloj. Se dio cuenta de su deseo de huir. Lanzó un suspiro callado, el cuerpo a su lado se movió en silencio. En medio de la oscuridad, le hecho un vistazo y decidió que no podía continuar, después de todo, se dio cuenta de que ya estaba a la orilla de la ventana. Nada lo impedía ya. Miró de reojo el reloj, ya eran las 4. El silencio parecía mas fuerte en aquella tensa calma, la serenata, al menos esta vez, habían sido solo las Mañanitas.
Acarició la reja de la ventana, como si eso fuera suficiente para despedirse... dio otro paso, y con toda su pena, se dio cuenta de que no podría salir.

FIN

martes, 7 de enero de 2014

En quien confiaré

Pues no lo puedo creer, pero a 7 días de iniciado, el 2014 ya me ha dado algunas sorpresas, no muy gratas por cierto. Pero se agradece. Eso quiere decir que no le 'valió' al año que no le tenga yo miedo y decidió 'venirse' con todo.

Ni mas pobre ni mas rica. Sin trabajo no significa en la calle y sola nunca he estado así que no tiene por que ser diferente ahora aunque no este, digamos, 'físicamente' acompañada.

Estoy viva. Tengo razones de sobra para vivir y no voy a dejar que una tontería me cambie la rutina ni me haga la vida pesada. Yo SÉ en quien he confiado.

El sábado por la mañana iba yo en la carretera pensando: No tengo trabajo, no tengo dinero... pero no puedo depender de otros para sostenerme. No puedo depender de fulana o mengano para que me den trabajo. Siempre hay algo que puedo hacer y siempre puedo sacar a mi hijo adelante. No necesito nada ni a nadie, sino solo al que tiene TODO EL PODER y al que SABE TODAS LAS COSAS y que esta en TODAS PARTES: Dios. No hay mas. Mi confianza esta puesta en Dios que es el que me sustenta y ademas (por si fuera poco), me ama como nadie, nunca y de ninguna forma, me puede amar.

Y nada pues, que por la tarde del sábado, esa confianza, esa 'declaración' de confianza y dependencia de Dios fue sometida a prueba. (Y dicho sea de paso, había yo leído esa mañana una parte de la historia de Job...). Y nada pues, me probaron y ahora, después de haber sido 'violentada' de manera verbal por teléfono por un desgraciado (SI un des-graciado porque en pocas palabras no conoce ni sabe de la gracia de Dios) me encuentro con un volcán en erupción, sin equipo de sobrevivencia, sin entrenamiento para emergencias, sin oxigeno extra.

Eso es, como quien dice, estar bajo el agua sin tanque de oxigeno... pensando en que momento te van a dejar salir del agua... y nada, no te dejan. Estas ahí abajo, viendo tu vida pasar en segundos (según dicen). Sintiendo que no tienes ni tiempo ni fuerza para salvar nada, ni tu vida misma.

Y entonces: Brilla una luz. El túnel clarea. Y te das cuenta en un parpadeo que NO estas sola, que TU NO necesitas (ni puedes) salvar tu vida. Te das cuenta que estas fuera del agua, por completo. Y con los ojos limpios. No tienes basuras que te impidan ver, no hay estorbos que te impidan caminar.

Lo que SI hay: montones de almas alabando a Dios por SU magnifica obra: TU SALVACIÓN... literalmente. Montones de almas agradeciendo a Dios por SU increíble gracia: TU LIBERTAD... no hay yugos. Montones de almas levantándote, mostrándote, acompañándote, por ese camino que pare imposible de caminar pero que sabes que tienes que seguir, que es tuyo. No que los hayas merecido, o labrado, o trabajado: ha estado ahí para ti siempre. Solo te corresponde seguirlo.

Así pues, NO me he equivocado en poner mi confianza en Dios. Porque EL no me va a fallar, no me va dejar morir, no me va a abandonar. Y así me lo ha demostrado.

A 7 días de iniciado el año, le repito: Venga, no tengo miedo, estoy lista para terminar el año tal cual debe.