lunes, 3 de noviembre de 2014

El mar

Vivo junto al mar hace ya algún tiempo. No recuerdo si en algún momento de mi pasado, no tan remoto, lo pensé algún día. Si lo anhele en algún momento, no lo sé. Pero ahora, si lo pienso, si lo observo, de continuo,  me hipnotiza. No paso mucho tiempo junto a él, pues me hace pensar un poco en Alfonsina. Pero su vaivén, es... es como si a ratos, sin querer, susurrara mi nombre sobre la playa. Me baña muy suave los pies, y poco a poco se mete en mi alma. Su arena fina me llena, se me pega a la piel y me inunda el alma.

Y es que lo miro, y lo creo mío. Ese ruido que hace, siento que me llama a casa, me invita a casa. Y sin embargo, sé de cierto que no soy suya y no es mío, sabiendo que se va uno y vuelve siendo otro, cambiando constantemente, inconscientemente, pero continuamente; cada ola que acaricia la arena, es otro distinto, siempre cambia, aunque sea el mismo. Nunca vuelve igual, a veces viene con mas fuerza, mas enérgico, mas violento; a veces mucho mas suave, mas tierno, mas mío. En ocasiones, me parece que esta enojado conmigo, porque no lo miro, porque no le hablo. Y otras, parece tan lejano, tan indiferente, tan callado.

Literalmente, me 'encanta' el mar. Creo que es justamente por su continuo cambio, porque es uno, luego otro, pero siempre el mismo. Sé que siempre puedo volver a él y encontrarlo mío... y encontrar lo mío. Aun cuando a veces no lo reconozca, siempre me dice algo que me indica que sí, que a pesar del cambio, del clima, del sol, de la noche, las estrellas y las otras chicas, es mío. Se sabe mío. Se guarda mío.

Tal vez lo que siento por el mar, sea lo mismo que él siente por mi. Tal vez. No sé que es, pero sé como se siente: se siente como el sol en la cara con los ojos cerrados, se siente como el viento enredando el cabello, se siente como la arena entre los dedos de pies y manos, se siente como el sabor de la sal en los labios sin beso.

Tal vez el mar siente, tal vez solo quiero que sienta lo que siento yo si lo veo. Lo que siento yo si lo toco, si lo dejo correr por mi cuerpo sin ningún miramiento, como ese sueño que tuve, que tengo, que tiene. Tal vez, solo tal vez también él lo sienta.